Cada día, mientras que somos testigos de grandes innovaciones que aprovechan el potencial de La Red, asistimos a nuevos casos en los que la seguridad de alguna persona o empresa se ve comprometida con graves repercusiones tanto en campo de la privacidad como en términos económicos.
Esto hace que crezca la desconfianza hacia Internet como medio de desarrollo y avance tecnológico. Pero habría que hacer dos reflexiones al respecto. En primer lugar no debemos caer en el dramatismo porque estas noticias aparecen casi a diario en los medios. La delincuencia actúa y lo seguirá actuando allá donde tenga oportunidad. Pero el medio, como el mensajero, no es culpable. No podemos dejar que el temor nos lleve a bloquearnos y rechazar todo aquella que suponga un mínimo riesgo de exposición en Internet. Es como si no saliéramos de casa por miedo a sufrir un atraco porque leemos noticias de robos que se producen a diario en nuestro entorno. Lo que sí podemos hacer es tomar todas las precauciones que estén en nuestra mano y esa es la segunda reflexión.
Igual que nos ponemos el cinturón de seguridad al subir al coche (sí también está la multa pero la gran mayoría está concienciada de su importancia) así deberíamos seguir ciertas normas a la hora de navegar, publicar y operar en la Red. Dependiendo de nuestro nivel de conocimiento podremos afrontar sin problemas el registro en servicios de Internet y operar con cierta tranquilidad. Desde luego, más vale pecar de exceso de suspicacia que de confianza.
En caso de duda es mejor consultar a un experto o «amigo informático» (sí, esos que se hartan de paciencia al teléfono, si no es que tienen que hacer alguna visita, para solucionar tu problema). Si algún enlace o archivo te parece sospechoso, mejor no abrirlo. Tened en cuenta que un virus puede mandar correo desde la cuenta de cualquiera así que por el hecho de que te llegue de un conocido no debemos abrir todo lo que venga, especialmente si el asunto del mensaje viene en blanco o es del tipo «Hi!…»
Por supuesto es recomendable el uso de antivirus y anti-malware, para mantener el equipo a salvo. Al fin y al cabo, ¿no le pasamos revisiones al coche? Pues un PC también necesita mantenimiento y eso, a menos que entiendas, también puede costarte dinero, como en el taller.
Así que nada de ataques de pánico pero tampoco seamos ingenuos. Dejémonos de poner contraseñas con nuestro nombre y fecha de cumpleaños y sigamos los consejos básicos de seguridad. Así podremos aprovechar las ventajas de Internet sin tener que sufrir de los riesgos que también lleva consigo.